Por qué hay preocupaciones que nos sobrepasan

Damos por supuesto que tener preocupaciones es parte de la vida. La diferencia está en cómo nos impactan y por tanto las abordamos, ya que algunas las resolvemos rápido y no les damos más vueltas, pero otras se nos "pegan" en la cabeza y terminan sobrepasándonos más de la cuenta. ¿Por qué algunas nos superan tanto?
Puede depender de varios factores como por ejemplo:
LA IMPORTANCIA QUE LES DAMOS
Las preocupaciones que más nos afectan de manera general a todas las personas suelen estar relacionadas con temas importantes para nosotros: la salud, las relaciones, el trabajo, nuestra autoestima… Y cuanto más valor le damos a ese tema, más difícil es dejar de preocuparnos.
Pero si la preocupación está relacionada con algo incierto, como "¿y si no me va bien en esto?", la mente entra en bucle porque no sabe encontrar una respuesta clara y por lo tanto nos ponemos en estado de alerta y nos asaltan una gran carga de pensamientos.
LA INTERPRETACIÓN QUE HACEMOS
No es solo lo que pasa, es cómo lo vemos. A veces, sin darnos cuenta pensamos automáticamente en el peor escenario posible. Este hábito, conocido como catastrofizar, hace que algo pequeño acabe pareciendo un problema gigante. Y es ahí cuando nos cuesta gestionarlo.
LAS EMOCIONES QUE VIENEN DERIVADAS DE NUESTROS PENSAMIENTOS
Una preocupación no es solo un pensamiento, también lleva emociones como miedo, ansiedad o frustración. Y cuanto más fuertes son esas emociones, más se nos hace cuesta arriba enfrentarlas e incluso podemos entrar en situaciones de bloqueo ya que no sabemos cuáles son los pasos que tenemos que dar o si lo sabemos, no podemos afrontar la situación.
Si además intentamos ignorar lo que sentimos o "hacer como que no pasa nada", lo único que conseguimos es que las emociones crezcan más y por lo tanto nuestro bloqueo sea aún mayor.
NUESTRA SITUACIÓN PERSONAL
Cuando llevamos mucho estrés acumulado, estamos cansados o no hemos descansado bien, cualquier cosa puede parecer un problema enorme. Es como si la mente perdiera la capacidad de relativizar y todo nos afectara más. Estamos más sensibles ante las cosas que nos pasan y por lo tanto el impacto es mayor.